Cuando Young Wan Sohn llegó a nuestro país en 1975 era un ilustre desconocido. Siete años después forjó una proeza deportiva: que el voley argentino realizara un inmenso mundial en 1982. Desde Neuquén, el dirigente deportivo José María Cuadrillero narró en Abrí la Cancha una historia singular que lo une al coreano. En diálogo con Carlos Aira, la pata desconocida de una historia necesaria.