El porno mainstream es una práctica machista, es poco real y es violento. Promueve prácticas estereotipadas y cuerpos hegemónicos. Suele maltratar y rebajar a la explotación a sus [email protected], Lamentablemente ha ido "de-formando" a generaciones de jóvenes y adultos. El postporno ofrece otras posibilidades más reales, que derriba modos hegemónicos de las prácticas sexuales.